Eres tú...

Tengo la extraña sensación de que te conozco mucho mejor de lo que piensas… tengo la extraña sensación de que conozco cada uno de tus deseos, cada una tus aspiraciones, cada una de tus rarezas, manías... 
Siempre me fascinó tu personalidad, aun antes de conocerte. Diferente, difícil y para qué negarlo, con problemas. Al contrario que a la mayoría de personas, a mi me encanta la palabra “problemas”. ¿Por qué será? quizá se deba a que lo único que me produce una sensación parecida a la felicidad es escribir, contar historias… y… ¿Qué es una historia sin problemas? 

Lo duro de esto es que en mi caso se traslada a la vida real… en mi vida cotidiana los problemas son los que me hacen sentir vivo. En las relaciones de pareja soy incapaz de quedarme al lado de alguien que me da todo aquello que en teoría es lo que la gente busca (tranquilidad, comodidad, seguridad, estabilidad, cariño…) eso hace que cuando creo haberlo encontrarlo me alejo automáticamente de esa persona, como si eso me quemara o me espantara… casi como si fuera un acto reflejo. Mi mente me dice “¡Cuidado!, ¿acaso quieres ser feliz?”
Por eso aun no puedo sacarte de mi cabeza. Aquella chica de la que tanto he escrito eres tú, aquella chica en la que pienso cada día, aquella chica extraña, insegura, difícil... a veces fría y otras veces tan cercana…esa chica tan compleja y a la vez tan maravillosa eres tú. Si, lo sé, eres tú. Y siento que te conozco mejor que nadie, que te comprendo mejor que nadie…

Es más que probable que entre mis problemas psicológicos y los tuyos nunca lleguemos a estar juntos, ni siquiera un mes, ni una semana… es posible que ya nunca más volvamos a quedar y que poco a poco perdamos el poco contacto que tenemos. Y me duele tanto... igual que me duele pensar que nunca me conocerás tal y como soy… porque cuando estoy contigo soy incapaz de comportarme como realmente soy, me pongo muy nervioso… tu presencia me intimida, hablo tonterías e intento por todos los medios no quedar mal delante de ti. Es algo extraño porque nunca me había ocurrido con nadie, solo contigo. 
Pero bueno… así es la vida… quizá, estar enamorado de ti sea ese “problema” que hace que me sienta vivo. 
No sé nada… solo sé que me fascinas... y siempre lo harás.

Gabriel (Protagonista de "Bovarismo")

Si...

...soñé contigo.

Era de noche, paseábamos por París a orillas del Sena. Tú llevabas tacones y aquél precioso vestido azul... estabas realmente guapísima. No recuerdo exactamente de lo que hablábamos pero sé que lo estábamos pasando muy bien. Era un momento estupendo y nada lo podía estropear… 

De pronto te quitaste los tacones, los tiraste al río y mirándome con una sonrisa picarona empezaste a correr. Yo me quedé un poco sorprendido pero no dudé en correr detrás de ti.

Tus pies desnudos casi levitaban sobre el suelo, te seguía de cerca pero no lograba alcanzarte... girabas la cabeza y volvías a lanzarme esa mirada con sonrisa incluida que sabias que me volvía loco, me guiñabas el ojo retándome a llegar a mi destino. Después de perseguirte durante un largo rato por fin te paraste, me miraste, sonreíste, me abrazaste y me besaste. En ese momento me he despertado abrazando y besando aquél cojín que un día me regalaste... según tú para que mi cabeza se sintiera cómoda soñando contigo. Tú sigues ahí, en aquél cojín. Cada vez que lo miro recuerdo tu esencia... esa que se ha quedado impregnada en todos los objetos que un día rozaron tu piel o robaron tu olor. 

Se que es solo un sueño, que nunca ha ocurrido... pero sigue siendo uno de los momentos más felices de toda de mi vida.